martes, 20 de noviembre de 2012

Determinismo social por Émile Durkheim


Émile Durkheim[1]
Una pregunta que debemos platearnos es a qué llama sociedad Durkheim. Para él una sociedad está formada por todo conglomerado continuo de individuos en contacto permanente. Es la cuna donde toda persona se nutre de forma constante y gracias a ella somos personas.  (“De la división del Trabajo Social” - pág 234). Y representa un poder que regula los individuos. Para el autor, la conducta de los individuos está siempre predeterminada por regulaciones que provienen desde su entorno y, el conjunto de esas regulaciones nos muestra que la sociedad es una realidad moral que, de cierto modo “envuelve” al individuo. En este sentido la moral para Durkheim, significa aquellas regulaciones que le son habituales al individuo y que a su vez, tienen autoridad para imponerse.
La sociedad es externa y anterior al individuo. Externa porque impone coacciones a sus miembros; y anterior porque históricamente hablando aparece primero la sociedad y luego el individuo, y porque la formación de las conciencias individuales se desprende del desarrollo histórico de la sociedad. En suma, la sociedad determina al individuo.
La vida colectiva no nació de la vida individual, sino que, por el contrario, la segunda nació de la primera. La individualidad personal, como se elabora en el seno de un medio social preexistente, necesariamente lleva la marca de él; se constituye de manera tal de no arruinar ese orden colectivo del cual es solidaria, queda adaptada al mismo, sin dejar de desprenderse. No tiene nada de antisocial, porque es un producto de la sociedad (“De la división del Trabajo Social” - pág 237).
Pero, ¿qué es la consciencia colectiva o moral para este sociólogo? La conciencia colectiva es un conjunto de creencias, sentimientos, juicios de valor, etc. que nos liga y que construye el tipo psíquico de la sociedad. La conciencia colectiva hace a la solidaridad y por tanto a la sociedad. Cuanto más envuelve la conciencia colectiva a la individual, más fuertes son los lazos sociales. Cuanto más fuerte es, menos lugar deja para las diferencias individuales. En este sentido, los Estados o Naciones fuertes y definidos de la conciencia colectiva son la base de la ley penal. Así, lo que hoy llamamos conciencia nacional o conciencia popular sería equiparable a la conciencia colectiva de Durkheim. La conciencia individual alude a un pensamiento alternativo propio. En sociedades segmentarias la conciencia colectiva trata de taparla.
El suicidio o la teoría de la anomia
Para Durkheim el interés por el suicidio está en profundizar el conocimiento de cómo opera en la realidad de la vida la conciencia colectiva. La genialidad del texto está en haber buscado la pista para el análisis de este fenómeno de la vida colectiva en el ámbito de un comportamiento que tiene toda la apariencia de agotarse en el ámbito de la acción individual o en la esfera más íntima de la persona. Un enfrentamiento voluntario con la muerte. Pero de acuerdo al autor, incluso allí, en esa esfera íntima, actúa la fuerza de la sociedad. Aunque se trata de un acto plenamente individual, lo que interesa al sociólogo, es que a partir del hecho mismo y siempre en un período no demasiado largo, este acto se repite da manera casi invariable. Interesará que éste acto individual contiene causas en las cuales es posible actuar no sobre los individuos sino sobre los grupos. Luego de un exhaustivo análisis de distintos factores y grupos, condiciones sociales y religiosas, Durkheim da el paso teórico fundamental en toda la obra, que consiste en la proposición general de que la tasa de suicidio varía en proporción inversa al grado de integración de la sociedad.
En tanto que el concepto de integración social significa la armonización de la conciencia colectiva con la conciencia individual, es decir, la dualidad de la conciencia se resuelve en un armónico equilibrio entre sus dos polos. Cuando esa integración es débil se produce la primacía de la conciencia individual sobre la conciencia colectiva, que es el estado del egoísmo. El suicidio que se produce por este tipo de integración, es el suicidio egoísta. Pero también observa que en las sociedades más primitivas hay formas de suicidio que son compulsivas, es decir, que en determinadas circunstancias los individuos se ven obligados a quitarse la vida. Se trata de una acción de autoinmolación que es asumida como un deber moral, referida generalmente a actos rituales. Este suicidio a diferencia del tipo egoísta, se produce porque la conciencia individual queda minimizada y se diluye frente a la conciencia colectiva. El individuo no es capaz de resistir la presión de las normas del grupo, se trata de un suicidio altruista.
Sin embargo, Durkheim no agota su creación analítica en estos dos tipos de suicidio, ya que nos conduce a una de sus mayores creaciones conceptuales: la teoría de la anomia. El foco estratégico para este desarrollo es el suicidio anómico. De acuerdo al autor, este es un comportamiento extremo que se produce por la ausencia de regulación y, esta ausencia significa inexistencia práctica de la conciencia colectiva. Un fenómeno que se produce cuando desaparece la “malla” de regulaciones y normas que orientan al individuo en el mundo de la vida social. Las situaciones de crisis social, como lo es el caos económico, pueden llegar a producir la desaparición de una malla reguladora de la sociedad y con ello se puede producir una suerte de muerte de la sociedad. En esa situación, el suicidio anómico corresponde a un comportamiento con el cual se pone término radical e irreversiblemente a esa situación de carencia de regulación social. En suma, es un comportamiento que se produce cuando esa carencia es intolerable para el individuo y, aunque es un comportamiento social  que puede tener implicancias psicológicas, es definitivamente un hecho socialmente causado.

Los cuatro tipos de suicidio:
a)    Suicidio egoísta
Las altas tasas de suicidio egoísta suelen encontrarse en aquellas sociedades, colectividades o grupos en los que el individuo no está totalmente integrado en la unidad social global. Esta falta de integración produce un sentimiento de vacío y falta de significado en los individuos. Las sociedades con una conciencia colectiva fuerte y con corrientes sociales protectoras suelen impedir la propagación del suicidio egoísta, entre otras razones porque proporciona un sentido a sus vidas. Cuando las corrientes sociales son débiles, los individuos sobrepasan fácilmente la conciencia colectiva.
b)    Suicidio altruista
Al contrario del tipo anterior, es más probable que este tipo de suicidio se produzca cuando existe una integración social mucho más fuerte, obligando de cierta manera al individuo a cometer este acto.
c)    Suicidio anómico
Este tipo se presenta cuando dejan de actuar las fuerzas reguladoras de la sociedad. Esta interrupción puede llegar a crear un alto grado de insatisfacción, dejando las pasiones con muy poco control. Cualquier tipo de interrupción hace que la colectividad sea temporalmente incapaz de ejercer su autoridad sobre los individuos. En este sentido, las interrupciones liberan corrientes de anomia dadas por actitudes desarraigadas y sin regular.
d)    Suicidio fatalista
Aunque brevemente analizado por el autor este cuarto tipo puede producirse cuando la regulación es excesiva. Durkheim se referirá al tipo de persona que potencialmente puede cometer este tipo de acto, como aquella en que “su futuro está implacablemente determinado, cuyas pasiones están violentamente comprimidas por una disciplina opresiva”. Para el autor es un clásico ejemplo el esclavo que se quita la vida por la desesperación que le producen las reglamentaciones opresivas


[1] De apuntes sobre sociología del profesor.

1 comentario:

  1. Para mi pensar son habituales al individuo y que a su vez, tienen autoridad para imponerse.
    Es posible actuar no sobre los individuos sino sobre los grupos. por eso hay que vivir rapido, morir joven, ser salvaje y divertirse..

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